Con el propósito de llevar adelante un trabajo conjunto para contribuir al saneamiento de la contaminación en la cuenca Matanza - Riachuelo, el Defensor del Pueblo de la provincia de Buenos Aires, Carlos Bonicatto, mantuvo un encuentro con su par de Avellaneda, Sebastián Vinagre. Durante la reunión, los defensores hablaron sobre el estado
Con el propósito de llevar adelante un trabajo conjunto para contribuir al saneamiento de la contaminación en la cuenca Matanza - Riachuelo, el Defensor del Pueblo de la provincia de Buenos Aires, Carlos Bonicatto, mantuvo un encuentro con su par de Avellaneda, Sebastián Vinagre.
Durante la reunión, los defensores hablaron sobre el estado de los arroyos Santo Domingo y Sarandí, que surcan de oeste a este el distrito de Avellaneda y se coincidieron en la necesidad de llevar adelante estudios del agua, para generar un primer diagnóstico sobre el grado de polución que presentan.
A su vez, Vinagre planteó la posibilidad de formar una mesa de trabajo integrada por las defensorías afectadas a la contaminación de esta cuenca y diferentes autoridades y organismos relacionados al agua. La intención es coordinar las medidas necesarias para hacer frente a esta problemática.
La contaminación de esta cuenca –una de las más pobladas del planeta con 3.5 millones de habitantes– es un reclamo histórico: por día se vuelcan en ella casi 90 mil metros cúbicos de desechos que intoxican el agua con sustancias como plomo, mercurio, arsénico, entre otros.
Durante la reunión, los defensores hablaron sobre el estado de los arroyos Santo Domingo y Sarandí, que surcan de oeste a este el distrito de Avellaneda y se coincidieron en la necesidad de llevar adelante estudios del agua, para generar un primer diagnóstico sobre el grado de polución que presentan.
A su vez, Vinagre planteó la posibilidad de formar una mesa de trabajo integrada por las defensorías afectadas a la contaminación de esta cuenca y diferentes autoridades y organismos relacionados al agua. La intención es coordinar las medidas necesarias para hacer frente a esta problemática.
La contaminación de esta cuenca –una de las más pobladas del planeta con 3.5 millones de habitantes– es un reclamo histórico: por día se vuelcan en ella casi 90 mil metros cúbicos de desechos que intoxican el agua con sustancias como plomo, mercurio, arsénico, entre otros.