La Defensoría elaboró un informe en el que registró qué opinan los jóvenes respecto a la educación pública y privada y cómo influyen los diferentes factores sociales y biográficos de los estudiantes a la hora de elaborar esta mirada.
El trabajo, que el organismo que conduce Guido Lorenzino llevó adelante junto la Facultad de Sociología de la Universidad de Buenos Aires (UBA), se basa en una serie de entrevistas realizadas a más de 400 personas entre 17 y 23 años que viven en nueve partidos del primer cordón del Área Metropolitana de Buenos Aires: Avellaneda, Lanús, Lomas de Zamora, La Matanza, Morón, Tres de Febrero, General San Martín, Vicente López y San Isidro.
El estudio arrojó que la valoración que tienen los jóvenes sobre la escuela secundaria es mayormente favorable: el 43% tiene una consideración muy positiva, el 32% algo positiva y el 23% no positiva. La valoración positiva, que en conjunto es del 75%, no presenta diferencias significativas según el sexo o el nivel socioeconómico, y las mujeres tienen una valoración muy positiva ligeramente superior que los varones (36% contra el 28%).
Si bien todos los grupos tienen una valoración positiva, quienes fueron a escuelas públicas tienen una valoración ligeramente superior, con un 36%, frente a un 27% entre los que fueron a colegios públicos. Quienes asistieron a las dos modalidades, esta opinión fue compartida por el 33% de los encuestados. En tanto, las opiniones negativas fueron del 21% entre los que fueron a la escuela pública, del 28% entre los que fueron a la privada, y del 26% entre los que fueron a las dos.
Al preguntar sobre la finalización de la escuela secundaria, el 60% la terminó los estudios a tiempo, el 16,5% lo hizo pero con atraso, el 18% aún la está cursando, y el 5,5% abandonó. Los porcentajes más grandes de terminación a tiempo se registraron en el sector de nivel socioeconómico (NSE) alto (77%), mientras que en el NSE bajo este porcentaje fue del 49%, con un nivel de deserción del 9%.
Cuando analizamos este dato según el sexo, sólo el 1% de las encuestadas mujeres abandonó el colegio, mientras que en los hombres esta cifra asciende al 10%. En tanto, para los que terminaron a tiempo, el porcentaje de las mujeres que lo hicieron fue del 63% y el de hombres fue del 58%.
Por otro lado, un 38% de los encuestados cambió de escuela, y el 66% de quienes lo hicieron fue para pasarse a una escuela pública. Sin embargo, entre quienes lo hicieron, el porcentaje de quienes no terminaron los estudios a tiempo fue el doble que entre quienes nunca cambiaron: 62% contra un 31%.
El informe también preguntó sobre la actitud de los jóvenes frente a la secundaria, es decir, el componente afectivo según el agrado o el desagrado que hayan experimentado en su paso por la escuela: el 39% respondió que fue favorable, contra un 16% que lo consideró desfavorable. En el medio, un 45% aseguró que su actitud ante la secundaria no es favorable ni desfavorable.
Este ítem varía según el nivel socioeconómico de quienes respondieron: el NSE bajo muestra el mayor porcentaje de actitud desfavorable (19%); el NSE alto presenta el mayor porcentaje de actitud favorable (44%); mientras que en el NSE medio es donde muestran con una actitud mayoritariamente de indiferencia con respecto a la escuela secundaria (47%).
Al analizar este apartado según la edad, los jóvenes de entre 21 a 23 años tienen el mayor porcentaje de actitud favorable respecto a la secundaria (45%), y comparte con los 19 a 20 años la actitud desfavorable (18%). En tanto, los que tienen entre 17 y 18 años son mayoría entre los que no tienen una opinión favorable ni desfavorable (55%).
“Conocer qué opinan los jóvenes sobre la secundaria es indispensable para pensar la escuela del futuro. Las reformas tienen que ver con una educación que se complemente con el mercado laboral, pero que no esté subordinarlo solamente a esta mirada sino a todos los intereses de los alumnos durante su desarrollo”, sostuvo Lorenzino.