“Trabajamos desde hace seis años para eliminar el hostigamiento y el acoso escolar, porque pensamos en un mundo más justo, inclusivo y tolerante”, sostuvo hoy el Defensor del Pueblo Adjunto en Derechos Humanos y Salud de la Provincia, Marcelo Honores, al disertar en la Cámara de Diputados bonaerense, en el marco de la presentación del proyecto de “Convivencia escolar desde un abordaje en red”.
Honores hizo una reseña de todos los pasos que dio la Defensoría del Pueblo a partir de 2012, cuando lanzó el programa contra el fenómeno del bullying que avanzaba en las relaciones interpersonales de los chicos, amplificado por la comunidad virtual de las redes sociales.
“Nuestro horizonte para eliminar el hostigamiento y el acoso escolar, que tiene sustento en los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 que aprobaron los estados miembros de la ONU en 2015, se enfocó en lograr un mundo más inclusivo, justo y tolerante, con la mirada propia de nuestra institución, en la que siempre anteponemos la perspectiva de derechos humanos”, amplió Honores.
El panel que cerró Honores, en el que estuvieron representados los organismos del Estado provincial que trabajan la problemática del acoso y hostigamiento escolar, estuvo integrado, además, por la subsecretaria de Acceso a la Justicia de ese ministerio, Rosario Sánchez; el vicepresidente primero del Consejo General de Cultura y Educación, Diego Martínez, y el jefe de gabinete de la secretaría de Derechos Humanos, Francisco Mones Ruiz.
El proyecto “Convivencia escolar desde un abordaje en red”, fue presentado por el presidente de la Cámara Baja, Manuel Mosca; el ministro de Educación bonaerense, Gabriel Sánchez Zinny; el presidente de la Comisión de Educación, Guillermo Castello; y los diputados Maximiliano Abad y Emiliano Balbín, autor de la iniciativa.
En ese marco, la Cámara distinguió con el premio María Elena Walsh al joven cantante, autor y compositor de rap, Matías Carrica, que sobresale por sus letras de alto contenido social, por su ejemplo de superación y su trabajo contra la violencia escolar, con el apoyo del programa social “Calle Belén” de Bahía Blanca.
Matias nació en Bahía y con tan solo 11 años, como consecuencia de la crisis de 2001 y de un accidente laboral que había sufrido su padre, tuvo que salir a trabajar en la calle, limpiando vidrios en los semáforos, pidiendo monedas y vendiendo cartones.
Durante esa etapa, Matías asistía todos los viernes a un comedor comunitario llevado adelante por “Los Pibes del Don Bosco”, el proyecto social, educativo y pastoral, conformado por alumnos, exalumnos y allegados al Colegio Don Bosco, como parte de una serie de actividades para ayudar a las personas en situación de calle.