El mal uso del WhatsApp entre los padres puede acentuar el acoso escolar

15 de noviembre de 2016 |

Los famosos grupos de WhatsApp de madres y padres, que parecen haber llegado a la vida educativa para quedarse, tienen la finalidad de compartir información útil de las actividades escolares, de la vida social de los chicos, cumpleaños, fiestas y otras, pero muchas veces derivan en una herramienta para cuestionar el trabajo de los docentes

Los famosos grupos de WhatsApp de madres y padres, que parecen haber llegado a la vida educativa para quedarse, tienen la finalidad de compartir información útil de las actividades escolares, de la vida social de los chicos, cumpleaños, fiestas y otras, pero muchas veces derivan en una herramienta para cuestionar el trabajo de los docentes, opinar sobre los vínculos de los niños y saturar de fotos y videos los teléfonos.

"A mi chiquito un par de compañeros lo tienen de punto, les pido que nos fijemos cómo educamos a nuestros hijos", un ejemplo de los mensajes que desencadenan las reacciones más variadas de los participantes del grupo, que exponen a los niños a riesgos innecesarios y no ayudan a resolver los conflictos inherentes a la convivencia escolar.

El equipo que aborda los casos de conflictos en el ámbito escolar de la Defensoría del Pueblo de la provincia de Buenos Aires, trabaja en talleres de reflexión con padres y recomienda, como primera medida, que los temas relevantes “no deben tratarse a través de los sistemas de mensajería instantánea, ya que esto expone a los niños, no resuelve los conflictos y en muchos casos los agrava”.

Los especialistas desaconsejan plantear estas situaciones desde una perspectiva individualista, donde los niños son considerados el “problema” y proponen, por el contrario, "la participación de todos los actores sociales y la planificación de estrategias consensuadas que fomenten la inclusión, el respeto y la tolerancia".

"Es necesario generar espacios de diálogo con los niños, niñas y adolescentes, darles la palabra y escuchar qué les está pasando, qué los llevó a actuar de esa forma, entendiendo que sus acciones emergen en un contexto social complejo, del que todos somos parte", indica la psicóloga infantil del Área de Niñez de la Defensoría, Alice Sarachu.

Por otra parte, con el fin de evitar que se vulneren los derechos del niño, la coordinadora del Equipo de Conflictos en el Ámbito Escolar, Mónica Bornia, sugiere que "estos grupos no deben usarse para comentar problemas entre niños o entre alumnos y docentes, que pueden resolverse de manera privada".

Aunque resulta una práctica muy utilizada, el envío masivo de fotos no es aconsejable. "Los padres no deberían viralizar imágenes o videos de los alumnos que puedan derivar en situaciones de vulneración de derechos", explica Bornia.

Sarachu advierte que "es necesario reflexionar sobre la responsabilidad que tenemos los adultos en proteger los derechos de los niños, niñas y adolescentes y en el cuidado respetuoso de su intimidad, evitando la exposición de sus vidas, de los vínculos con sus compañeros y de las tensiones o conflictos que puedan surgir en el grupo de pares."

En esa línea, agrega que "es fundamental que los padres o adultos responsables participen de las situaciones que los chicos viven en la escuela, pero estando presentes, generando consensos en el encuentro con docentes y directivos. Y así de importante también es fortalecer los lazos de confianza con sus hijos, darles la palabra, escuchar sus vivencias y cuestionamientos, no negar los conflictos sino acompañarlos en su tramitación y transmitir valores en acciones concretas de respeto por el otro, de compañerismo, de tolerancia, de solidaridad."

Por ello, los integrantes del Equipo coinciden en que los padres deben ser conscientes de que son educadores en todo momento. "Tenemos que pensar que las redes sociales o el WhatsApp son nuevas tecnologías que avanzan rápidamente por lo que es necesario que las conozcamos e incorporemos para poder acompañar a los niños en el aprendizaje de su uso responsable, teniendo en cuenta los beneficios y riesgos que eso conlleva", explica Sarachu.

En los talleres que lleva adelante la Defensoría, se recomienda a los padres "no fomentar los rumores y las críticas, preservando la intimidad de los alumnos y acudiendo a los docentes o a la dirección antes de compartir con el todo el grupo situaciones particulares en el ámbito educativo".


Cyberbullying: apropiarse de las redes y poner las reglas

Los comentarios ofensivos, frases injuriantes, fotos intervenidas con propósito de burla y hasta mensajes intimidatorios, de la mano de Internet y la telefonía celular, son nuevas formas de violencia que reciben los chicos que son "tomados de punto" en la escuela y exige respuestas de los adultos.

En la última charla que organizó la Defensoría del Pueblo bonaerense sobre la temática, el periodista, escritor y psicólogo Sergio Sinay opinó sobre las redes sociales e instó a los adultos a no rechazarlas y "apropiarse de ellas, consensuando reglas sobre su uso responsable".

"La complejidad de la violencia que llega a darse ahora en las escuelas a través de las redes sociales exige prestarle una enorme atención", sostuvo el secretario general a cargo de la Defensoría del Pueblo, Marcelo Honores, impulsor de un programa para enfrentar el cyber acoso, porque "es fundamental brindarle herramientas a los adultos ante un fenómeno que suele superarlos y no saben cómo actuar".

Una de las intervenciones más destacadas en esa materia, fue el planteo de la Defensoría hacia Google y YouTube para que quitaran de sus buscadores un video de un niño que se viralizó y fue blanco de las más variadas críticas y burlas en Internet.

En ese caso, Honores destacó que "aunque el daño ya fue causado y el sufrimiento del adolescente no se puede reparar, la manera en que la Web lo representa ejerce un profundo impacto a nivel social y personal".

"La discriminación y el maltrato entre compañeros de escuela no es algo nuevo; pero Internet los potenció y la mayoría de los chicos no tiene conciencia de lo doloroso que puede llegar a ser", apuntan desde el Área de Niñez y Adolescencia de la Defensoría.

Y es que "un conflicto que antes se circunscribía al aula, ahora con las redes sociales involucra a cientos de chicos que hasta pueden no estar directamente relacionados con él. Además, las agresiones ya no se limitan a las horas de clase, porque los chicos están todo el tiempo conectados a la web. Y el hecho de que no se encuentren cara a cara, termina por empeorar el cuadro al contribuir a que su agresividad sea mayor", señala Bornia.

Así de complejo, el maltrato que se da hoy entre compañeros de clase es también muy dinámico. "Los roles cambian, existen a su vez un montón de perfiles, porque además del niño que agrede y el que es agredido, están los que ponen un 'me gusta' en un comentario ofensivo, los que comentan, los que comparten e incluso los que visitan la página sin denunciar la agresión", analizan los especialistas.

"Existe una cuestión vinculada a los derechos de la persona sobre sus datos personales, que en estas situaciones se ven comprometidas", subraya Bornia.

Sin embargo, el uso de las nuevas tecnologías "no es malo", aclaran. "No se debe ser extremista, no obstante de la misma manera que cuidamos a nuestros hijos en todo momento, los tenemos que resguardar en las redes sociales".
Mis Derechos en la web

Derecho de información: permite saber qué datos de cada individuo tiene una empresa. Se puede consultar en la Dirección Nacional de Protección de Datos Personales.

¿Cómo lo saben?: porque tienen el Registro Nacional de Bases de Datos, en el cual tienen que inscribirse todas las personas, empresas u organismos públicos que tienen bases de datos que excedan el uso privado.

Derecho de acceso: te permite conocer información sobre la gente, que está disponible en una base de datos. Con solo demostrar la identidad, se tiene derecho a obtener información de los datos personales incluidos en las bases de datos públicas o privadas.

El responsable de la base de datos debe abrir la información pedida, que tiene que ser clara y estar expresada en un lenguaje fácil de entender.

Derecho de rectificación o actualización: Si esos datos personales están anotados en forma incorrecta en una base de datos, existe el derecho a pedir que sean corregidos o actualizados de manera gratuita, o que no se den a conocer a otras personas.

Derecho de supresión: se puede pedir que se elimine, en forma gratuita, información sobre cada persona que sea falsa o esté disponible sin autorización del involucrado o por error.

Publicidad: está permitido el envío de mails o las llamadas telefónicas ofreciendo productos o servicios, porque tomaron los datos de una base accesible al público - como la guía telefónica-, o porque la persona facilitó sus datos de contacto. Pero está el derecho a pedir, en cualquier momento, que se elimine el nombre de esa base y para no recibir más las ofertas de esos productos y servicios.

Los datos relativos a antecedentes penales o contravencionales (infracciones que no llegan a ser un delito penal) solo pueden ser tratados por las autoridades públicas, como la Policía. Los datos sobre la salud solo pueden ser usados por los hospitales y por los profesionales de la salud (médicos, odontólogos, enfermeros, etc.), siempre respetando el principio del secreto profesional.
Lo que hay que saber

La Dirección Nacional de Protección de Datos Personales (PDP) es la oficina que brinda asesoramiento y ayuda para la protección de los datos personales. Su trabajo es ayudar a la gente para que entienda los derechos que surgen de la Ley de Protección de Datos Personales (Ley 25.326) y para promocionar la forma en que pueden ser ejercidos.

En la Dirección Nacional de Protección de Datos Personales se obtiene asesoramiento gratuito por vía telefónica.

Dirección Nacional de Protección de Datos Personales Sarmiento 1118 5º piso – CABA (011) 5300-4000 infodnpdp@jus.gov.ar.

Nadie puede obligar a proporcionar datos sensibles. Solo pueden ser recolectados y usados
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