El costo de la menstruación y la menopausia, otra cara del impuesto a la mujer

Evaluar el impacto que tienen los costos de género en el bolsillo de la mujer, puntualmente en lo que respecta a los productos que debe comprar durante la menstruación o durante la menopausia, fue el objetivo de un estudio que llevó a cabo la Defensoría del Pueblo bonaerense.

El trabajo, además de comparar estos gastos con los distintos niveles de ingreso según la escala de ingreso por sexo publicado por el INDEC para el segundo trimestre de 2019, pone el foco en la necesidad de educar y concientizar sobre estas etapas, además de apoyar medidas para reducir el precio de estos productos.
En primer lugar, el informe hizo hincapié en los productos relacionados a la menstruación y tuvo en cuenta dos tipos de canastas, una de primeras marcas y otra económica, con diferentes categorías según la cantidad de productos que engloban, como toallitas, tampones, y protectores diarios, entre otros.

El relevamiento detectó que los precios de estos productos van, en el caso de la canasta de primeras marcas, de los 2.382,25 a los 4.309,70 pesos, si se consideran 13 ciclos menstruales al año. Al observar la canasta económica, el cálculo anual varía de 1.653,03 a 2.540.25 pesos.

Ahora bien, los costos que enfrenta una mujer por menstruar no se acaban en estos gastos, sino que debe cubrir otros como los controles anuales ginecológicos, los productos vinculados a la lubricación vaginal, analgésicos para los dolores de las distintas etapas del ciclo menstrual, productos de higiene personal, entre otros.
Del relevamiento de precios se observa que, anualmente, gasta 523,61 pesos en analgésicos, y más de 1.189,11 pesos en antiespasmódicos. También se tuvo en cuenta los controles que tienen que realizarse, como por ejemplo el PAP (665 pesos en un año si no tiene obra social) o las mamografías mamarias y ginecológica (entre 1.520 y 2.643 pesos aproximadamente).

En el caso de las mujeres que atraviesan la menopausia, estas deben realizarse prácticas, como la densitometría, que para una persona sin mutual tiene un costo de 2.099 pesos, por lo que, sumado a los mismos controles que debe hacerse cuando menstrúa (mamografías, ecografías, PAP, etc), gasta en el año $8.447 aproximadamente estos análisis.

Además, deben contemplar otros gastos, como el consumo de calcio (1.638 pesos anuales); retenedores de calcio en algunos casos (17.505 pesos por año); sustitutos hormonales (de 3.549,12 a 6.787,44 pesos anuales, dependiendo de la obra social); vitaminas (de 2.532,48 a 3.333,24 pesos); como así también lubricantes vaginales (de 1.300 a 15.000 pesos al año, según el tipo de tratamiento y la obra social), entre otros.

Ahora bien, para dimensionar el impacto de estos gastos es necesario compararlos con los distintos niveles de ingreso según el sexo publicado por el INDEC. En términos generales, el ingreso medio para las mujeres es de 18.257 pesos, lo representa un 27% menos que el de los hombres.

Siguiendo este análisis, el décil más pobre de la población está compuesto por un 66% de mujeres, mientras que este número prácticamente se invierte al analizar el décil más rico, donde las mujeres representan apenas el 36% de este grupo. En el primer caso, las mujeres tienen un ingreso de 2.846 pesos, mientras que en el segundo llega a 63.546 pesos.

En promedio, el gasto anual por una cuestión de género podría llegar a ser de $13.510,70 para la mujer no mutualizada y que no se atiende en un hospital público, por lo que queda en evidencia que el impacto es muy alto en el ingreso. Además, en muchos casos, esto se agrava al analizar las familias monomarentales, con la madre como jefa de familia y una hija a su cargo.

“Es evidente que estos gastos impactan en las mujeres que menos tienen, por lo que es necesario avanzar a favor de iniciativas que alivien el peso de estos costos, como las propuestas que impulsan la quita del IVA a los productos de gestión menstrual”, sostuvo el Defensor del Pueblo bonaerense, Guido Lorenzino.

En esa línea, también expresó que “es necesario derribar tabúes y ofrecer más educación e información relacionadas a la menstruación y la menopausia”, y agregó que “es necesario promocionar productos, como la copa menstrual, que aporten al cuidado del medio ambiente al disminuir los residuos que se generan indirectamente en estos ciclos”.

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