El organismo llevó adelante desde asesoramientos hasta intervenciones directas en casos graves. “Hay que acompañar a los inquilinos”, sostuvo Lorenzino.
Mediaciones, intervenciones y asesoramientos, tanto para problemas menores como en graves conflictos, son algunas de las acciones que lleva adelante la Defensoría del Pueblo bonaerense respecto a la situación que viven los inquilinos con sus alquileres en el contexto del aislamiento social, preventivo y obligatorio debido al coronavirus.
Desde la entrada en vigencia del decreto del gobierno nacional que ordenó frenar los desalojos, prorrogar los contratos y congelar los precios de los alquileres, el organismo que conduce Guido Lorenzino recibió una serie de reclamos por acciones que fueron en contra de estas disposiciones.
Por ejemplo, la Defensoría intervino en algunos casos menores, como definir con las partes las realidades contractuales modificadas por el aislamiento y por atrasos en los pagos, hasta situaciones más complejas, como amenazas, amedrentamientos, excesos verbales y cortes compulsivos de servicios como energía eléctrica, hasta un episodio en el que una locadora encerró a una inquilina por falta de pago.
“Llevamos un trabajo coordinado entre las áreas de la Defensoría, como la de Inquilinos, la de Legal y Técnica y la de Servicios Públicos, pero también un trabajo directo con el Ministerio de Seguridad de la Provincia, para pensar cómo intervenir en el territorio luego de la denuncia en las comisarías por estos casos. Son en muchos casos situaciones extremas que nos obligan a una intervención eficaz con la mayor cantidad de herramientas posibles para solucionarlas”, sostuvo Lorenzino.
En ese sentido, confirmó que la Defensoría continúa con la recepción de este tipo de reclamos. “Mientras dure la cuarentena hay que cumplir con lo que estableció el decreto. Los alquileres son un tema sensible y hay que acompañar a los inquilinos para que su situación no agregue más padecimientos a los que ya se viven en esta situación excepcional”, puntualizó.