Con la intención presentar una investigación que pone la lupa sobre las percepciones en relación a los episodios de violencia que soportan los habitantes de distintos barrios del Conurbano y La Plata, afectados por altos índices de homicidios dolosos, el Defensor del Pueblo bonaerense Carlos Bonicatto y el juez de la Corte Suprema
Con la intención presentar una investigación que pone la lupa sobre las percepciones en relación a los episodios de violencia que soportan los habitantes de distintos barrios del Conurbano y La Plata, afectados por altos índices de homicidios dolosos, el Defensor del Pueblo bonaerense Carlos Bonicatto y el juez de la Corte Suprema de Justicia, Eugenio Zaffaroni, revelaron que los jóvenes de bajos ingresos, que viven en asentamientos y villas, conforman el segmento más vulnerable ya que sufren más agresiones (34,7%) y también son los principales responsables de ejercer la violencia (40%).
El trabajo, elaborado con datos recogidos entre junio y agosto de 2014 y titulado "Violencia y homicidios dolosos en la provincia de Buenos Aires. Perfiles socioeconómicos, experiencias y representaciones de habitantes de barrios con un alto índice de homicidios dolosos", se desprende de las proyecciones arrojadas por el estudio realizado por el Instituto de Investigaciones de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en 2012.
Se trata de una investigación, elaborada con la colaboración de las universidades nacionales de San Martín, La Plata, La Matanza y Avellaneda, además de la Fundación Conurbano, que pone el eje en el funcionamiento de las fuerzas de seguridad; la caracterización de víctimas y victimarios de la violencia; la procedencia de victimarios de homicidios dolosos; el vínculo entre ellos y las vías de resolución alternativas que las personas contemplan para evitar el desenlace fatal de los conflictos.
El Defensor del Pueblo, Carlos Bonicatto, señaló que la investigación parte de la "carencia de insumos de información", por lo que resaltó la importancia de "trabajar con datos concretos, reales, para ver cómo esta problemática puede ser abordada", a la vez que sostuvo que el trabajo "es un instrumento que debería replicarse en el resto de la Provincia y en el país".
En ese sentido, el Defensor destacó la labor en conjunto con las universidades que participaron del proyecto, el cual espera que pueda "contribuir con el diseño de políticas públicas para que la gente que habita en los lugares de mayor complejidad puedan vivir mejor".
Por su parte, el ministro de la Corte Suprema de Justicia, Eugenio Zaffaroni, planteó que vivimos "en un mundo particularmente violento", por lo que es clave "trabajar con datos concretos para empezar a pensar el mundo que viene y, de ese modo, buscar la forma de modificar este grado de violencia".
"No vamos a poder reducir estos niveles si no trabajamos sobre cuatro elementos fundamentales: qué hacemos con el tráfico y consumo de drogas, en particular de la cocaína; cómo encaramos seriamente el problema de los medios concentrados; qué hacemos con nuestra policía; y cómo atacamos la insólita profusión de armas de fuego", sostuvo el juez del máximo tribunal nacional.
Por último, Zaffaroni indicó que "proponemos la tentativa de construir sociedades más distributivas", por lo que reconoció que "es importante que las universidades se comprometan con las instituciones del Estado, ya que no tienen que ser un centro de formación de la elite, sino de formación de ciudadanos".
El trabajo, elaborado con datos recogidos entre junio y agosto de 2014 y titulado "Violencia y homicidios dolosos en la provincia de Buenos Aires. Perfiles socioeconómicos, experiencias y representaciones de habitantes de barrios con un alto índice de homicidios dolosos", se desprende de las proyecciones arrojadas por el estudio realizado por el Instituto de Investigaciones de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en 2012.
Se trata de una investigación, elaborada con la colaboración de las universidades nacionales de San Martín, La Plata, La Matanza y Avellaneda, además de la Fundación Conurbano, que pone el eje en el funcionamiento de las fuerzas de seguridad; la caracterización de víctimas y victimarios de la violencia; la procedencia de victimarios de homicidios dolosos; el vínculo entre ellos y las vías de resolución alternativas que las personas contemplan para evitar el desenlace fatal de los conflictos.
El Defensor del Pueblo, Carlos Bonicatto, señaló que la investigación parte de la "carencia de insumos de información", por lo que resaltó la importancia de "trabajar con datos concretos, reales, para ver cómo esta problemática puede ser abordada", a la vez que sostuvo que el trabajo "es un instrumento que debería replicarse en el resto de la Provincia y en el país".
En ese sentido, el Defensor destacó la labor en conjunto con las universidades que participaron del proyecto, el cual espera que pueda "contribuir con el diseño de políticas públicas para que la gente que habita en los lugares de mayor complejidad puedan vivir mejor".
Por su parte, el ministro de la Corte Suprema de Justicia, Eugenio Zaffaroni, planteó que vivimos "en un mundo particularmente violento", por lo que es clave "trabajar con datos concretos para empezar a pensar el mundo que viene y, de ese modo, buscar la forma de modificar este grado de violencia".
"No vamos a poder reducir estos niveles si no trabajamos sobre cuatro elementos fundamentales: qué hacemos con el tráfico y consumo de drogas, en particular de la cocaína; cómo encaramos seriamente el problema de los medios concentrados; qué hacemos con nuestra policía; y cómo atacamos la insólita profusión de armas de fuego", sostuvo el juez del máximo tribunal nacional.
Por último, Zaffaroni indicó que "proponemos la tentativa de construir sociedades más distributivas", por lo que reconoció que "es importante que las universidades se comprometan con las instituciones del Estado, ya que no tienen que ser un centro de formación de la elite, sino de formación de ciudadanos".