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Nos manifestamos en esta fecha para conmemorar la lucha que libran las mujeres desde hace años por la igualdad de derechos. Este día se celebra de manera oficial desde 1975, cuando fue declarado por las Naciones Unidas. Uno de los eventos más significativos que influyó en la elección de esta fecha fue la huelga de mujeres textiles que tuvo lugar el 8 de marzo de 1908 en Nueva York. Otro hecho relevante fue el incendio en la fábrica Triangle Shirtwaist en Nueva York el 25 de marzo de 1911, donde murieron más de 120 mujeres trabajadoras. Este trágico incidente puso de manifiesto las terribles condiciones laborales a las que estaban expuestas las mujeres y contribuyó a fortalecer el movimiento por los derechos de las trabajadoras.
Este día se ha convertido en un día de reflexión, protesta y celebración de los logros de las mujeres, así como en un llamado a la acción para abordar los desafíos que aún persisten en materia de igualdad de género.
La ONU propuso como lema para este 2024 el “Invertir en las mujeres, acelerar el proceso”. La inversión en las mujeres y la defensa de la igualdad de género impulsa un futuro en el que todos los miembros de la sociedad puedan prosperar, creando un mundo de oportunidades ilimitadas y empoderamiento para todas las personas.
Si nos detenemos en la palabra empoderamiento, ¿qué pensás al respecto?
Nuestra mirada parte de uno de los grandes objetivos que es el empoderamiento, en términos de conceder ese lugar de poder que se nos fue arrebatado históricamente, pero pensamos que no es posible sin antes transitar y movilizar las bases estructurales que han quedado fijadas y por lo tanto, inertes, a lo largo del tiempo. Es por esto que creemos fervientemente que el acto de fijar posiciones no permite salirnos de ahí, no hay movimiento posible y ese movimiento tampoco es posible si no ejercitamos la idea de dialogar con otros.
En palabras de Alexandra Kohan, habitar la fragilidad es mucho más emancipador que suponerse empoderada.
Por otro lado también ponemos sobre la mesa como ese empoderamiento ha sido malversado históricamente, con el fin de empoderar a otros, niños o varones adultos, quizás desde un lugar cosificante y de servidumbre, donde el diálogo que proponemos hoy, no ocurría. No era con otros sino para otros.
Es por esto que desde ya hace algunos años vemos reflejado como los mismos movimientos feministas han ejercitado esta idea, movilizando bases, y ocupando lugares posibles dentro de los mismos. No hay un solo movimiento feminista, consideramos que hay tantos feminismos como mujeres (cis y disidencias) hay en el mundo. No lo vemos como una autoproclamación única y totalizadora, sino que verlo desde un lugar pluralista y a su vez subjetivante, permite sostener una vida con prácticas feministas y revisarlas día a día. Cuestionar los lugares de poder, no es tomar el poder que antes tenía el otro y aplastarlo, sino discutir las relaciones entre sí y ver cómo se ponen en acto.
Dicho esto te proponemos pensar en ésta frase: “El feminismo en singular no existe”, ¿estás de acuerdo? ¿Qué cuestionarías y agregarías?
18/03/2024
García Navarro Samanta, González Luciana A., Molina Piñero Felicitas